Cuando hablamos de transformación digital siempre pensamos que este concepto se enmarca en las grandes organizaciones, multinacionales, empresas financieras, industriales, administraciones públicas etc. y centramos que esta transformación se basa en el cambio o adaptación del modelo de negocio o modelo de relación con la constante incorporación de las nuevas tecnologías.
Todo esto es cierto, pero creo que algo se nos escapa en todo este proceso que la transformación digital va a suponer un cambio en nuestra forma de pensar, de decidir, de relacionarnos e incluso de hablar en nuestro entorno. Como ejemplo un botón, ya conocemos las decisiones que las grandes entidades financieras están tomando referente a su nuevo modelo de negocio (cierre masivo de sucursales, relaciones digitales, etc). En todo este proceso nos planteamos si desde el punto de vista de las personas y la formación nos hemos realizado estas dos preguntas:
- ¿Sabemos cómo tiene que transformarse el modelo de formacion en estas organizaciones para dar respuesta a esta nueva realidad?
- ¿Las empresas de formación son conscientes que esta transformación impacta directamente en la línea de flotación de muchos modelos de negocio?
Referente al primer punto, lo que es evidente es que las organizaciones van y deben de tender a utilizar la formación de forma estratégica y haciendo que la propia persona sea la que gestione su propio proceso de aprendizaje y evolución. Los tiempos de dilapidar dinero público para formación sin valor o de macroproyectos formativos sin control han terminado. Las empresas deben de gestionar sus recursos para todo este proceso de transformación en los elementos clave y de valor, invirtiendo en la formación estratégica para preparar la organización a afrontar los retos de la misma. El reto es alinear los objetivos estratégicos de la empresa con la formación de los profesionales de la misma. La persona debe de gestionar su propio desarrollo personal y profesional transversal y la empresa debe de marcar las pautas para el desarrollo estratégico de la persona. Para el logro de estos restos los modelos tipo PLE (Personal Learning Enviroment o Entornos de Formacion Personal) deben de ser las tendencias de aprendizaje que debemos de preparar en nuestras organizaciones. En estos modelos la formacion se compagina con la comunicación, la creación, la publicación, la organización y la “colaboración”.
Respecto al segundo punto, tengo que decir que las empresas de formación deben de pensar que ya nada va a ser como antes, y por lo tanto, debemos de prepararnos para trabajar en definir la transformación del modelo de negocio, haciendo de la formación algo indispensable y necesario, pero dejando a un lado modelos que hace 5 años valían y que ahora no tienen ningún futuro. Dar cursos por darlos, sin sentido ya no va a tener cabida, las empresas van a seleccionar ya no solo un catálogo de cursos, sino modelos de aprendizaje que les haga diferenciales frente a su competencia, y por tanto la formacion sea intrínseca a la cultura de la empresa, y un modelo en el que la persona será el centro y decisor de muchos elementos de su desarrollo personal y profesional.
¿Estamos preparados?